La mayoría de las bandas de ondas cerebrales—como delta, theta y alfa—se definen típicamente en rangos de frecuencia relativamente estrechos, a menudo alrededor de 4 Hz de ancho. Sin embargo, la banda beta abarca un rango de frecuencias mucho más amplio, razón por la cual hemos decidido dividirla en beta baja y beta alta.

Esta división permite una discriminación más precisa entre los diferentes tipos de actividad mental. Por ejemplo:

• La beta baja generalmente se asocia con tareas cognitivas menos exigentes—como alerta, enfoque o concentración leve.

• La beta alta, por otro lado, está vinculada a un procesamiento cognitivo más intenso, como la resolución de problemas, la toma de decisiones o actividades que requieren más redes y recursos cerebrales.

Al separar la banda beta, podemos obtener una resolución más fina en la interpretación de la actividad cerebral, especialmente en contextos de investigación o rendimiento. Es importante notar que esta división no resulta en ninguna pérdida de información: las bandas beta baja y alta pueden recombinarse fácilmente si es necesario.

En cuanto a las ondas gamma, aunque también ocupan un rango de frecuencia más alto más allá de beta, representan una clase distinta. Gamma generalmente está involucrada en el procesamiento de alto nivel, como la recuperación de memoria, el aprendizaje y la integración de información a través de las regiones cerebrales. En resumen, la beta se divide simplemente porque cubre un rango de frecuencia más amplio, y dividirla proporciona más valor analítico sin comprometer la integridad de los datos. Es fácil recombinar los rangos de beta baja y alta, por lo que no se pierde información.